Compruebo entonces que es en México (ciudad) donde peor estamos. Para evitar la famosa "mordida" o soborno, aquí no se les ocurrió mejor solución que eliminar el examen y no existe ninguna sanción más allá del pago de multas. Por supuesto, las calles están llenas de conductores inexpertos e imprudentes y es cada vez más patente la falta absoluta de respeto de muchos por las señalizaciones, incluidos los semáforos en rojo y ni qué hablar que para mucha gente, los automovilistas tienen -cómo no va a ser señor, si tengo mucha prisa yo -preferencia sobre los peatones. Aunado esto a los conductores del transporte público que se han convertido en los dueños de la calle, verdaderos salvajes al volante, pues tenemos una bonita aventura qué vivir todos los días (yo no, afortunadamente porque vivo muy cerca de mi trabajo). ¿Piensan que exagero? Vénganse de vacaciones y alquilen un auto, ya verán.
// Saludos
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