Hola,
Hay que decir que Miguel murió poco después; físicamente, al menos. Pero, efectivamente, era el sumo sacerdote del templo que profanaban con sus inválidas ideas aquellos energúmenos de la España una, grande y libre.
Ya se apreció lo uno, grande y libre de España cuando llegó la vaticinada victoria de estos calamares gigantes, porque humanos no sé si considerarlos del todo. Yo no he leído sino referencias sobre Millán Astray; de Unamuno he leído y vivido varios de sus libros.
A mí desde luego me convence Unamuno. Con todas sus paradojas y contra razones me parece alguien al que se puede querer, al que se puede tender, a quien debe respetarse y a quien jamás olvidaré, porque llevo parte de él ya muy dentro de mí.
Gracias Domingo por esta crónica. Anoche me acosté con Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos. No lo escribió el demediado Millán Astray. Pudo haberlo hecho acaso Cervantes, pero lo hizo su tocayo y par Miguel de Unamuno y Jugo.
Quiero recomendar también un librito de Francisco Umbral titulado "Pío XII, la escolta mora y un general sin ojo". En general, recomiendo cualquier libro de Miguel de Unamuno. Cualquier libro, si me apuráis, recomiendo.
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