A veces el protocolo no solo presenta unas normas mínimas de convivencia y buenos oficios, sino que trata de proteger a una serie de personajes para que no se les pueda decir la verdad.
Señor Director:
Acabo de hacer un aparte, para poderle dirigir a su excelsa persona esta misiva, ya que llevo todo el fin de semana intentando captar lo que han llamado subida salarial y hasta el momento me ha sido imposible discernir cual es la cuantía de este exiguo microincremento que en cuanto lo cotejo con las súbidas reales del transporte, alimentación etc. compruebo con asombro como este óbolo para pobres de solemnidad que es el incremento de nuestra empresa nos hace más pobres, perdemos poder adquisitivo y además tenemos el enorme gasto psicológico de soportar la terrible falacia y mendacidad del escrito por su eminencia firmado loando el titánico esfuerzo de la empresa.
Deo Volente, mañana me incorporaré a las labores habituales, ya que si sigo estudiando el incremento, tendré que permanecer en casa durante varios meses.
Reciba un exiguo saludo de su empleado que no servidor, ni adulador, ni esclavo.
Un Saludo.
|