Me parece adecuada Antonio, esperemos que de ese cielo entre arrebolado y caliginoso que quizás esté contemplando Alberto atalayando oquedades por donde el alma de su padre quizás penetrara no ha mucho, vuelva la vista hacia estos grises cuadros de texto y nos tranquilice con su visita y su prosa grácil y elegante.
Un Saludo.
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