Es admirable lo que hacen países como Costa Rica y Chile, que inmersos en un subcontinente históricamente azotado por malos gobiernos, han sabido poner el ejemplo al resto de América Latina, de cómo un pueblo que habla español y no habita en Europa puede comenzar un franco avance social.
Ojalá algún día México pueda darse el lujo te llevar a un premio Nobel a la presidencia.