Delphi es sin duda una de las mejores cosas que han surgido de la industria del software, y uno de los pocos productos con más poder que su fabricante.
Es algo que escapa a la caja y se convierte en un detonador de magníficas ideas para la solución de problemas. Una herramienta que supera lo utilitario y propicia en su comunidad una actitud pensante y de continua superación.
Los programadores Delphi terminan, al cabo de unos cuantos años, siendo mucho más que informáticos.
16 años y contando...
Al González.