Desde luego si alguien en este país merece un respeto es la gente que consigue mantener a flote empresas como la tuya. Cualquiera no sirve para eso, pues además de las dificultades intrínsecas al propio negocio ha de enfrentarse uno a unas leyes y a una burocracia que está pensada para favorecer a los morosos, a los corruptos y a los sinvergüenzas. No es cosa fácil, no.
¡Felicidades!.
PD: ¿Dónde dijiste que había que enviar el currículum?