Todos ustedes son muy pacientes. Yo, normalmente, sólo cuelgo. Es que estos vendedores son como los religiosos que llegan a la puerta de tu casa; no importa qué objeción les pongas, ellos siempre tienen un argumento al efecto. A ellos les cierro la puerta en las narices y a los otros les cuelgo. Aunque hay que aceptar que unos están tratando de hacer su trabajo y los otros simplemente son unos ociosos.
// Saludos
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