¡Hola a todos!
No olvidemos que tras la Caída del Muro, quedaron en el mundo sólo dos figuras altamente poderosas: El presidente de los Estados Unidos y el Papa. Como cualquier otra figura de poder, no actúan por convicción propia sino en función de los intereses de la gente que los sostiene. Aquí no manda una religión o una constitución, lo que determina el proceder de esas figuras es lo que conviene a la gente que las mantiene al frente.
El concepto es simple: entre la mafia y la ciudadanía se necesita una figura que proteja a esa mafia y simpatice con la ciudadanía. De esa manera la mafia puede seguir operando y la ciudadanía se siente más segura y mejor atendida. No hablo de la mafia siciliana o de Al Capone, sino de los grupos de poder que tienen mayor ingerencia sobre el acontecer global.
Conforme algunos grupos sociales maduramos, nos vamos dando cuenta de que realmente estamos dentro de un
Matrix. Pero el ser humano pierde su capacidad de ser feliz conforme adquiere ese conocimiento. De ahí que la religión, el arte, los medios y otras fuerzas sociales se esfuercen en mantener esta fantasía llamada existencia. No hemos parado de morder la manzana y entre más comemos más necesidad tenemos de conocimiento, pero la constitución biológica del ser humano no está diseñada para aguantar demasiada realidad.
Creer en las cosas divinas es parte de la naturaleza del hombre. De alguna manera estamos conectados con otras capas de universo que nos hacen sentir que existe un Dios protector y bondadoso, el cual nos escucha y ayuda. Y eso es bueno, porque podemos dormir tranquilos pensando que Él nos ve con misericordia, aunque quizá se trate de un monitoreo científico del
Proyecto Tierra auspiciado por Próxima Centaury Inc. (imagínese bajo una perspectiva no humana).
Es cierto, ciertas figuras decorativas como los reyes, condes y demás son ya anacrónicas. No así el Papa, que representa un pilar clave en el equilibrio mundial, entendiéndose por equilibrio estabilidad mas no igualdad. Se ha demostrado que cualquier estructura jerárquica es más estable si se tiene a una sóla persona al frente, de otra forma se corre el riesgo de ruptura o pérdida de rumbo si los intereses de dos partes iguales entraran en conflicto. Y la iglesia católica no quiere correr ese riesgo.
¡Un abrazo a todos! (sin cuestionarnos por qué un abrazo nos hace sentir bien)
Al González.
