Hombre es evidente que el cargo me obliga a mantener un lenguaje próximo al medievo así como alejarme de la vida muelle y regalada que es muy contraria a la vida caballeresca.
No andar con bellacos, no aceptar regalías, huir de los espíritus ramplones y mezquinos, no frecuentar falsas doncellas, otrosi digo de virtud manipulada por celestinas y personajes de malvivir.
Dar barato despues de ganar al juego de las cartas, estar presto a la llamada de socorro de las Damas y un sinfín de obligaciones que conlleva el cargo y que no voy a enumerar por ser harto prolijas.
Esto amén de adquirir un equino suficientemente periscopeado del incisivo a fin de que sea digno de tan distinguido cargo y no digamos los maravedies que cuestan unas buenas tizonas con sus correspondientes coladas.
Un Saludo leyendo las cuentas del "Gran Capitán".
"Entre palas picos y azadones
Cien millones........
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