Marcos, me ha vibrado una fibra que llevaba apagada algún tiempo con esa estupenda narración de Rafael Calero. Gracias por compartirla con nosotros.
Me pregunto qué clase de publicidad habría hoy en los medios de comunicación "occidentales", si cada hombre y mujer que hoy vive en estas regiones del planeta hubiese experimentado una niñez con la misma intensidad que Mark Twain plasma en los personajes infantiles de su novela.
Me siento afortunado de haber contado en mi infancia con mi propio "río Mississippi" (el rocoso cerro Coronel de la ciudad de Chihuahua).
Antonio, tu reseña hace que uno vuelva a respirar con toda la capacidad pulmonar.