Todo esto es muy "gracioso", me estoy imaginando a un cliente hacer preguntas como: "Mi tapicería está en Santander y vienen clientes de Bilbao ¿puedo facturar también a los bilbainos? ¿y a los de Tolosa, que también tengo algunos clientes? y ahora recuerdo a otro de Navarra, ¿qué hago con él? ¿y los asturianos?"
Al final será lo que hemos aventurado, 50 formas distintas de facturar, 50 certificados distintos y algo inabarcable para pequeñas empresas y desarrolladores independientes.
Y lo peor de todo es que todo eso es poner puertas al campo porque seguiremos igual que siempre: "¿Quiere factura?"
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